miércoles, 16 de noviembre de 2011

Luis Von Ahn

El guatemalteco Luis von Ahn ha destacado a nivel mundial como científico y tecnólogo, creando programas innovadores y buscando una simbiosis entre inteligencia y computadoras.

¿Alguna vez has conocido en persona a un genio? ¿Te imaginas una charla con alguien de tal nivel?

Es muy probable que gracias al cine y a la televisión creamos que los genios viven dentro de lámparas mágicas o que son como el doctor Brown, de Volver al Futuro, con cabellera larga, bata blanca y mirada perdida.

En el caso de Luis von Ahn, no existe algo tan extravagante en su forma de ser ni en su imagen. Él más bien cabe en la definición del Diccionario de la Lengua Española: “genio es una persona que posee inteligencia extraordinaria”.

Viste casi siempre camisas de manga larga y pantalones de lona. Es amable y cordial, sus conferencias son entretenidas y tienen muchos toques divertidos. Aunque más allá de sus palabras han sido su talento, idealismo y constante esfuerzo las premisas responsables de haberse ganado el respeto y la admiración del gremio científico de todo el mundo.

Esto lo ha llevado a un alto grado de popularidad, tanto que medios importantes como The New York Times, USA Today y Discovery Channel le han dedicado espacios y reportajes a sus investigaciones. De igual manera, en Internet pueden encontrarse artículos y entrevistas dedicadas al científico de 29 años y a sus logros.


Los inicios
Nacido en Guatemala y graduado del Colegio Americano tuvo la oportunidad de estudiar, becado, una licenciatura en matemáticas en la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, y luego completar un doctorado en computación en la Universidad Canegie Mellon, de Pittsburg, donde actualmente es profesor y vive con su prometida. “Cuando se dirigen a mí me llaman doctor, a mí me incomoda, porque al final, yo no curo a las personas”, bromea el científico.

Adaptar su vida a otro país le fue fácil, es más, recuerda haber conocido a muchas personas que no lo han logrado debido a diferencias de clima y al alejamiento de su cultura. “En Estados Unidos hace mucho frío y las exigencias son muy duras. Aparte de eso, los jóvenes en Guatemala acostumbran dejar sus casas el día de su casamiento, mientras en otros países se van a vivir solos cuando inician su carrera universitaria”, comenta. Él vivió acá con su madre, Norma Arellano, la primera persona en motivarlo para realizar su preparación académica en otras tierras.


Sus logros
La tesis de su doctorado se titula Computación Basada en Humanos, la cual analiza la problemática de las limitaciones de las computadoras para realizar algunas actividades reservadas para la gente.

De ahí se deriva su primer gran invención, el Captcha. Este programa es utilizado cuando alguien desea abrir un correo electrónico o registrarse en sitios como Facebook o MySpace. Para verificar que lo hace una persona y no un robot informático, se solicita rellenar un campo copiando una cadena alfanumérica que no es legible por medios automáticos. Este mecanismo ha sido vital para evitar el spam en tales sitios.

Dentro de esta rama, el guatemalteco también ha desarrollado la serie Juego con un Propósito, la cual practican seres humanos para producir efectos secundarios positivos. El más exitoso hasta ahora ha sido el ESP Game, jugado por dos personas simultáneamente en Internet, quienes no se conocen y probablemente sean de distintos países. A ellos se les proyecta una misma imagen para que describan con palabras lo visto por su compañero. Cuando coinciden, ganan puntos.

Los resultados se utilizan para conocer lo más importante en la imagen y resaltarlo al momento de buscarla por Internet. Este juego lo compró Google y le ha ayudado a perfeccionar su sistema de búsqueda de imágenes. “Yo tomo el ejemplo de datos cuantificables de 2003, que revela que los usuarios pasaron nada menos que 9 millardos de horas jugando solitario en sus computadoras, si esto lo comparo con los 7 millardos de horas que se tardó en construir el edificio Empire State, llego a la conclusión de que mucho de ese esfuerzo podría utilizarse para bien de la humanidad”, considera el científico.



Últimos premios
Además de pertenecer a la Comunidad de Investigación de Microsoft desde el año pasado, en 2006 recibió una virtual certificación de genio al ganar el premio McArthur Fellowship, galardón muy popular en la comunidad de científicos de Estados Unidos y Europa, entregado a personas destacadas en áreas del conocimiento, arte, literatura, educación física y ciencia.

La finalidad de esta distinción, la cual es casi desconocida en Latinoamérica, es premiar a personas que han inventado maneras de hacer su trabajo más eficiente con un aporte de US$200,000. “En la universidad me lo recuerdan solamente cuando cometo un error y todos dicen molestando, vaya, el genio se equivocó”, afirma Von Ahn.

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